A veces vivimos una vida frenética que sentimos que tenemos sostener todo solos. Que ya pasará, que no es tan grave, que ahora no toca. Pero se queda dentro. El cuerpo habla, y cuando no lo escuchamos, grita. Y cuando grita empezamos a notar síntomas que generan malestar y afectan a las relaciones, y nuestro bienestar.
No hace falta esperar hasta el límite para hacer un cambio en tu vida, puedes darlo hoy.
Lo entiendo, empezar un proceso terapéutico puede ser difícil, así que te felicito por estar aquí y dar el primer paso para sentirte mejor contigo mismo.
A veces no tenemos las palabras, y no hace falta.
Solo que des el paso. Puedes escribirme simplemente:
“Quiero empezar”.
A partir de ahí, lo construimos juntos.